Desde la cabeza de Millonarios, se deben empezar a preguntar qué está pasando con la gente, ahora los hinchas no están en el estadio. Podemos hablar de que la culpa es de los precios y, aunque una parte pase por allí, no es exclusiva. Me inclino a pensar que la televisión le está robando cada vez más hinchas al estadio porque es una cuestión de comodidad. por mucho menos dinero se está en su casa, sin frío o sin quemarse la cara, con una vista, incluso mejor que la preferencial más cara. Sigo creyendo que carece de sentido esto.

Si lo que ha alejado a los hinchas es esa cuestión casi política de los directivos, de solo aceptar equipos como los que tenía Millonarios antaño, y consideran que la gestión sigue siendo insuficiente para convocarlos a la cancha, hay que revisar varias cosas porque el lugar del hincha es la cancha y eso no se discute, así sea cierto que siempre se debe exigir y que al equipo le siguen faltando esos jugadores con talento para construir una nómina que no solo pelee el torneo el local.

Ya no somos el equipo de Iguarán o Di Stefano y, probablemente como es ahora el mercado, estaremos muy lejos de estar siquiera cerca a esos equipos. Sin embargo, el lugar para exigir inversión es poniendo nuestro granito de arena, ósea, tomándose el trabajo de comprar la boleta e ir al estadio. Repito que el lugar del hincha está en la tribuna y no para ser conformista; los que deben exigir son los que van a verlos y les piden un espectáculo de verdad.

Por ahora hay 10 mil fieles que tienen todo para ir y pedirle al presidente Camacho la inversión que este equipo se merece. Que haga las gestiones que sean necesarias para llevar a este equipo a lo más alto, un equipo que peleé la parte alta siempre y que siempre disputé finales. Los que se quedan en el sillón siguen siendo hinchas, por supuesto, pero pedir que le inviertan al equipo cuando ni usted le mete la plata porque no está convencido es medio contradictorio.

Para los que todavía miran a Millonarios con condescendía, tal vez sea momento de reconciliarse con el equipo porque, estar en guerra con lo que se quiere tanto, no debe sentirse bien. A lo mejor ya no seamos el super equipo que éramos, han pasado muchas lunas, pero sigue siendo Millonarios, sigue siendo azul y blanco y sigue teniendo ese hermoso escudo. Vayan a cantarle, a saltar, a gritar los goles, así el que los meta ya no sea Irigoyen.

Tenemos que volver a ver esa hinchada que metía 20 mil en un partido contra el Huila, que cantaba y sacaba pecho por el equipo. En ese entonces en el Campín circulaba ese amor que permite que se resista todo y eran tiempos mucho peores; tal vez este no sea el super equipo, pero pelea para mantenerse en la parte alta y tiene ganas de ser campeón.

Más que creer hay que querer a Millonarios, hay que ir a verlo, llevar a la familia y sentirse felices de llevar estos colores. 

@Cadosch12