En el fútbol la actitud no se negocia. Todos esperamos que los jugadores, sean hombres o mujeres, dejen todo en la cancha y respondan a la historia de Millonarios. La intensidad en el juego es otra cosa que se espera de los equipos embajadores. Sin embargo, como es el caso de la embajadoras, se está sufriendo de exceso de intensidad.

Se juega más rápido de lo que se piensa en incluso de lo que se puede jugar. Las defensoras y volantes buscan con pelotazos la velocidad de Lina Gómez o Liseth Moreno dejando partido el equipo y sin respuesta táctica a los rebotes que ganan las rivales. Múltiples goles que hemos recibido tienen la misma línea: error en un pase, pelotazo del rival, defensa saliendo y quedando a contrapié, en velocidad ganan a las centrales y gol.

Ahí esperamos la mano de Carlos Gómez. Que un pausa es necesaria al salir, que la velocidad debe ser aprovechada en el último cuarto, con un pase certero o un cambio de frente claro. Correr más no significa jugar mejor, un pase atrás para dar tiempo al orden no es sinónimo de falta de intensidad y siempre será imprescindible entregar bien la pelota.

La serie está abierta, pero es necesario más táctica y fútbol, y menos vértigo y desorden. Que alguien le ponga la pelota al piso a Tatiana Ariza para crear, progresando por las líneas del balón y ser muy concentradas atrás en defensa. Hay que manejar la intensidad.

@Maugorg1