Jorge Valdano escribió en uno de sus libros que “el fútbol es un estado de ánimo”. Creo que pocas cosas en la vida no dependen de la actitud y esa “vibra” positiva que le pongamos a nuestros asuntos. Todo enmarcado en la capacidad mental para calmar miedos, soportar presiones y buscar la forma de mejorar siempre. De todo esto carece este Millonarios.

Ayer por primera vez vi el rostro del desánimo y dolor en Miguel Ángel Russo. Sabe él que no pudo encontrar una manera de reducir el margen de error y darle más fútbol, defensivo y ofensivo, al equipo. La liga está casi descartada y en la Copa el viernes se jugará el todo por él todo ante un difícil rival.

Este Millonarios perdió la jerarquía conseguida y demostrada en la era Russo. Ir ganando es sinónimo de nervios, de querer esconderse en propio arco. Siempre en los goles que le hacen a Millonarios hay más error propio que virtud del rival.

La presión de esta camiseta, está historia, está ciudad y está hinchada ha minado la confianza de los jugadores; todos deben convivir con la presión, todos la deben aprovechar para tener ese extra de rendimiento y carácter que los hace jugadores embajadores.

La era Russo vive su peor momento. Sin resultados, sin buen juego en la cancha y ahora la cabeza se ve golpeada, dolida y sin ánimos, como el corazón de nosotros los hinchas.

@MAUGOR