Volvió Millonarios con victoria ante el Once Caldas, con mucho poder ofensivo y muchos problemas a la hora de defender. También se vio un equipo desbalanceado, se atacó demasiado por derecha, dejando pocas salidas por la otra banda haciéndonos previsibles. Desequilibrio y poco balance son cosas que no se puede permitir en partidos ante rivales más potentes.

Román hace un trabajo completo en ataque: gana la raya, cae al espacio, remata de afuera y sabe jugar en equipo. Con Emerson Rivaldo se entienden a las mil maravillas y la tentación de volcar su ataque solo por su banda es entendible, pero se debe trabajar en repartir el juego a lo ancho del campo.

La derecha defendiendo fue un karma en este partido. Pereira se vio desordenado y despreocupado por marcar, Emerson no regresó siempre, aunque a favor de él su lateral poco pasó al ataque, y las fallas de funcionamiento de los centrales con los volantes ayudaron a cavar uno de los peores partidos defensivos de la era Gamero.

Fernando Uribe marcó su primer gol con pase de Emerson llegando de la derecha al medio, pero seguro necesita balones de todos los lados para hacer más goles. El gol de Arango también llegó por la derecha, junto al de Román: no se trata de no aprovechar las ventajas del rival sino ser menos previsibles atacando.

En cuanto al tema defensivo hay que asegurar más la espalda de Román y revisar por qué lucieron tan descoordinados los centrales con Vega y Pereira. Algo que caracterizó a Gamero al finalizar el año pasado fue su orden, seguridad con el doble pivote y buen regreso al perder el balón. Esa memoria debe estar ahí para volver a ser equilibrados a lo largo del campo de juego. Tal vez por la hora del juego, la presión arriba no fue constante y eso también se extrañó.

Ganamos, apareció el goleador, y la mentalidad para ir siempre a ganar es importante. Se viene una gran prueba ante el Medellín.

@maugor