Lo de la hinchada de Millonarios es algo impresionante, emociona, conmueve: copar una de las canchas más emblemáticas del continente y que hasta en la transmisión del partido se escuchen los canticos embajadores.

Esto es el hincha de Millonarios, fiel hasta los huesos, quiere estos colores de una forma que borda la demencia, el que hace lo que sea por su equipo y no lo deja solo; es un hincha al que le basta que sea Millonarios el que juegue para copar la cancha.

Aunque estábamos acostumbrándonos a la cercanía del fracaso nunca nos rendimos, sabíamos que en algún momento llegaría nuestro momento, y acá esta y no sabemos cuando dure por eso hay que cantar más fuerte para que se cole por la transmisión.

Esta hinchada es demasiado grande, no me imagino lo que haría si tuviera de verdad quien la guiara, quien organizara la fiesta, seriamos imparables. Cuando nosotros creemos en la causa, el Campín y cualquier otra cancha tiembla; hasta querer colapsar.

Ver en el exterior a Millonarios es de las mejores cosas que le pueden pasar a uno en la vida, estando en un país que no es el nuestro, que todo es extraño, y en una cancha que no conoces. Que aparezca Millonarios en la cancha hace que el corazón quiera salirse literalmente por la boca, todo un estadio en contra, hay que cantar el doble de fuerte, que arda la garganta, pero que el equipo escuche que no esta solo, que acá estamos y que lo vamos a lograr juntos.

A los hinchas que estuvieron en el Libertadores de América, gracias porque llevaron el verdadero espíritu de la hinchada de Millonarios: el hincha enloquecido de amor, de fe en un equipo de hombres, el embajador que aun con nada a su favor le pone el pecho a la brisa por estos colores, por nuestra ciudad, pero sobre todo por ese escudo que hace paliar los días de tristeza, alegra vidas con goles.

El equipo de nuestros papás, nuestros abuelos, nuestras mamás, nuestros hermanos. No llevaron solo un equipo en sus maletas, llevaron un ideal que es Millonarios; no nos pudieron representar mejor. Ahora tenemos hablando a todo el continente, no del resultado, si no de lo grande que es Millonarios y su gente, su fiel gente. No importa si caemos, si lloramos, si sufrimos, si duele mucho o poco, lo único importante es el escudo que llevamos en la camiseta, eso somos como hinchada aunque por pasajes se nos olvide, la más fiel de este país, la que sin importar el resultado no deja de cantar, es un hinchada como ninguna otra, diferente a las demás.

Nos merecemos todo lo que en esta vida se puede ganar, por tantos años de aguante, porque aunque pasaron generaciones que hasta ahora conocemos que es ganar, esta pasión no la mata nada, al fin no nos acabamos, nosotros lo salvamos y acá estamos poniendo hablar al continente.

Valentina Cadosch

@Cadosch12