Las decisiones traen una cola de sucesos que desembocan en una acción y está a su vez genera toda una serie de momentos causados por tales actos. Esa cadena puede ser corta, extensa, interminable y dejarnos con una sonrisa en el rostro o con un mar de lágrimas interminables. Sin catástrofes de por medio, el fútbol también pasa por esas decisiones que toman quienes participan directamente en un equipo de fútbol. Ayer en Barranquilla, causas y consecuencias prendieron las alarmas en Millonarios.

Gamero tomó la decisión de redoblar su apuesta defensiva en Barranquilla. Si bien Guarín le daba más salida, la entrada de Kliver se pensó más para apretar arriba y tener un retroceso físico mayor. Moreno no se sintió cómodo en esa posición y, como consecuencia, su orden en lo que pretendía Gamero de marca nunca fue el óptimo.

No entendemos por qué el profesor Gamero ha insistido en sus últimas dos salidas en protegerse de más a costa de la intención de atacar. No sabemos si es por el desequilibrio mostrado a atacar, pero el Millonarios que genera muchas oportunidades se ha desvanecido en Techo y el Metropolitano. Los embajadores han terminado sin ideas, perdiendo los partidos, dejando preocupaciones entre los hinchas y la prensa.

En el pasado reciente de Alberto Gamero, las fallas recurrentes costaban un tiempo en el banco de suplentes. Los resultados de quienes entraban hacían más competitivo el equipo y siempre un nuevo aire elevaba el nivel del conjunto. Algo cambió y algunos jugadores merecen un toque ante sus discretas presentaciones. El modelo Alberto Gamero que está aguantando mucho no parece tener respuestas consistentes entre sus jugadores.

Debido a las lesiones, Millonarios se vio obligado a rotar y buscar nuevas variantes. En medio de estos cambios, la decisión ha sido improvisar con jugadores más conocidos por Gamero y menos por los especialistas en esos puestos. En Barranquilla todos sabíamos que Ruiz debió entrar para mover a Silva a la mitad, pero decidió improvisar a Kliver. Guarín de enganche soluciona, pero Mojica y el propio Ruiz deberían pesar más para suplir esa posición.

Los jugadores no están decidiendo de la mejor manera. Pases errados, exceso de lujos, personalismos injustificados, intrascendencia en el partido y la falta de ganas de ir por los 3 puntos, ha sido características de las derrotas de los jugadores. Las causas las deben conocer ellos mismos y el profesor Gamero. Si no corrigen pronto, ajustan la forma y manera futbolística, la única consecuencia que se vislumbra en el camino es la misma de hace un par de años: nosotros los hinchas aburridos con el diario del lunes.

@Maugor