El domingo 6 de marzo del año 2.000, Antonio Hernández, quien por esos días se iniciaba como coordinador del programa “goles en paz”, se acercó a mí prometiendo justicia a cambio de una postura cívica y civilizada por parte de nosotros, los Comandos Azules. Hoy han pasado más de 19 años desde ese día, el primer día sin la compañía de Miguel Ángel Montes “Naco”, quien fue asesinado por hinchas de Nacional y quien tristemente se convirtió en el primer hincha de Millonarios oficialmente reconocido como víctima fatal dentro de una disputa entre barras. La justicia nunca llegó.

Casi dos décadas después, cuando la hinchada afronta otra pérdida y la realidad parece no haber evolucionado en temas de convivencia y seguridad, decido escribir esta carta cuestionando y responsabilizando al gobierno distrital y a Millonarios F.C. por la desarticulación, estigmatización y mal trato que se le ha dado a la hinchada de Millonarios durante el actual gobierno distrital.

Las medidas autoritarias, la falta de espacios de diálogo y el poco acompañamiento a la hinchada, han sido cómplices en el resurgimiento de hechos de violencia como los ocurridos dentro y fuera del estadio en fin de semana pasado. Mientras el Distrito y Azul y Blanco S.A, con sus políticas represivas y excluyentes, afianzan un régimen de estigmatización y repudio en contra de todo hincha de Millonarios, hoy otra madre llora la muerte de su hijo.

Nadie por iniciativa propia elige la violencia o tener que andar armado para así salvaguardar su integridad. Como en el lejano oeste, en las calles y barrios de Bogotá predomina la ley del más fuerte. Los jóvenes noche a noche se matan a cuchillo mientras las autoridades y Millonarios FC guardan silencio, celebrando como sus políticas de gobierno “eurocentricas” parecen ser acertadas y justificadas con la pérdida de vidas.

Con la estigmatización y sanciones colectivas se le ha dado la espalda a más de 4.000 jovenes que hacen parte de una colectividad significativa y valiosa para el crecimiento de nuestra ciudad. Es inaceptable la segregación, el mal trato y los señalamientos que la hinchada de Millonarios en su totalidad, está recibiendo por parte de autoridades, medios de comunicación y, tristemente, por el mismo club.

Hoy la tecnología, biometría y cámaras, permite el reconocimiento individual de los infractores. No más señalamientos colectivos, no más violencia y segregación por parte de las autoridades, la hinchada de millonarios y su expresión popular son parte de un activo humano invaluable en desarrollo y la identidad de Bogotá. Como miembro de la hinchada exijo un trato digno por parte de las autoridades y el club, y la implementación de medidas que reduzcan todas esas formas de violencia en contra de los hinchas. 

Al gobierno distrital venidero, lo invito a la construcción de una política incluyente y articulada que permita la consolidación de un tejido social dentro de los parámetros de un lenguaje propio de nuestra realidad y cuidad. No es justo perder la vida de manera violenta por llevar puesta una camiseta, así como es absurdo ver que parte de esa violencia venga del abandono y del mensaje equívoco de rechazo que recae sobre cualquier ciudadano que lleve puesta. 

No más segregación, se necesitan políticas que integren a los jóvenes y un trato humano que permita coaccionar y potencializar a la colectividad en pro del crecimiento social. No más indiferencia por parte del Millonarios FC y la alcaldía, no más vidas perdidas.

Si a la fiesta, si a una hinchada unida y en paz.

Sergio Ruiz