«Siempre» es una palabra que tiene el poder de volver eterna una ilusión, que nos congela los sentimientos, que nos proyecta a un tiempo ilimitado e infinito. Es un término que nos aleja de cualquier condición, que no depende de nada, que transforma una condición en una certeza absoluta. Inclusive, mencionar que algo sea para siempre a veces nos alerta y nos hace caer en cuenta de posibles razones por las cuales algo no pueda ser eterno, nos hace cuestionarnos la veracidad de creer en la infinidad.

Millonarios es ese tesoro intangible e inmenso que nos representa la temporalidad interminable de un sentir de siempre, de un amor que llegó a nosotros de alguna forma y que se acomodó en nuestros corazones ignorando cualquier pretexto o distracción. De una pasión que se nos impregnó en el alma y en el cuerpo de tal forma que nada más nos trastorne. Cuando hablamos de Millonarios nos damos cuenta de que no importa el desde cuando porque el hasta cuando no tiene caducidad. Justo ahí nos damos cuenta que un «para siempre» sí existe y que hemos estado con Millonarios en las buenas, en las malas, en las mejores, en las peores, en las fáciles, en las difíciles, en las que toca, en las que no creíamos que fuéramos a aguantar, en las de gozo, en las de rabia, en las locales, en las internacionales, en las tempranas, en las tardías, desde chiquitos, siendo viejos, celebrando, llorando, gritando, alentando, callando, viajando, viviendo, existiendo. Hemos estado para siempre con Millonarios, así como Millonarios estará siempre con nosotros.

Es imposible no llevar pegado al alma algo que ha estado tan presente, algo que nos caracteriza, que nos reúne, que nos hace diferentes y que no depende de juicios ni pretextos para hacerse un lugar en nosotros. Es imposible no llevar en el alma a nuestro equipo de siempre, a nuestro símbolo de la devoción y la locura desmesuradas, y hoy, de cara al inicio de una nueva ronda de cuartos de finales, en donde la esperanza y la adrenalina nos reviven la ilusión de los más fervorosos fanáticos, es imposible no estar de la misma forma en la que hemos estado: siempre.

Quizás muy pocas cosas son certeras en nuestro paso por la vida. Ni siquiera la duración o la calidad de la vida misma es algo que podamos dar por hecho. Pero me pongo a pensar y realmente es un privilegio ser parte de Millonarios que como ente existente de este mundo, recibe y genera cosas que sí son para siempre. El fútbol, en sí, es para siempre y podrá pasar tiempo, torneos, resultados, generaciones y sin embargo existirá esa atmósfera cuyo centro es un balón y la historia, que cada día va cambiando y aportando al pasado, seguirá siendo el pilar de la grandeza de la que tanto nos jactamos como hinchada.

Es nuestro momento de transmitir ese aliento y apoyo en lo que mejor hemos sabido hacer: AMAR a Millonarios de la manera más sincera y pura. Porque este amor es para siempre, porque siempre hemos estado aquí, porque siempre creemos, porque siempre queremos más, porque siempre llevamos el escudo que nos llena de motivos. Y que no nos importe como los demás actúen, que sólo importe lo que sabemos hacer por este sentimiento con responsabilidad y entrega, pues al final somos un universo entero de diferencias entre nosotros mismos y permitir que se nos pierda el rumbo del deseo que nos hace vibrar a todos en unidad no es aceptable jamás.

Que esta nueva ronda final del campeonato nos traiga las mejores alegrías y nos lleve de la mano al resultado que todos anhelamos.

¡Vamos todos juntos, con Millonarios SIEMPRE

@LauraGuaqueta